Las velas, muchas velas, iluminan con una luz cálida y delicada.
En algunas ocasiones nos gustaría disponer de suficientes candelabros y
portavelas para crear un ambiente íntimo y relajado, incluso estando solos.
Porque un poco de relajación a la luz de las velas nunca viene mal. Y si tenemos
que preparar una cena íntima o alguna celebración especial, la luz de las velas
siempre aporta un plus de interés. Estamos tan acostumbrados a la luz eléctrica,
que estar a la luz de las velas nos abre algunos canales en nuestro cerebro que
de normal los tenemos bloqueados.
Materiales:
- Arcilla blanca de moldeado.
- Un cuchillo recto o redondo para pizzas.
- Un rodillo.
- Tapones de corcho o cualquier objeto que pueda actuar de plantilla, una vela por ejemplo.
Procedimiento:
En primer lugar amasamos la arcilla y la extendemos con el rodillo, a
continuación cortamos unas tiras rectas de arcilla, cogemos el objeto cilíndrico
del mismo tamaño que las velas que usaremos y enrollamos sobre él una tira de
arcilla.
Sacamos el objeto con sumo cuidado para que el candelabro no pierda la forma,
mojaremos un pincel con un poco de agua y sellaremos la parte superior del
candelabro.
Con cuidado y con muy poca agua, el pincel sólo debe estar húmedo
apenas mojado. Los dejamos secar bien y ya podemos usarlos, también si queremos
podemos pintarlos del color que más les guste, o decorarlos con diversos
motivos
Fuente: lefrufrublog
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